La Mejor Opción (I):


Sin duda, para quienes es hábito el estudio de la historia y de las causas que la fueron modelando, está muy claro cuál es la mejor opción para el sistema de gobierno: La Monarquía.

No se necesita mucho raciocinio para notar las catastróficas consecuencias de la llegada de la democracia al mundo moderno. Tal como se ve en todas las naciones que cuentan con ese sistema, comenzaron dicho régimen con masacres, miseria, inseguridad, etc. La razón: la democracia no puede aparecer en una nación sin conllevar destrucción. Los más grandes ejemplos de esto son: la revolución francesa (innumerables actos de salvajismo en una de las ciudades más civilizadas de su época), la revolución rusa (la masacre de una de las familias más carismáticas del mundo), entre otras...

En cambio, cada vez que nos ponemos a pensar en las naciones que, volviendo al redil del bien, han vuelto o continuado en la Monarquía poseen hoy una situación muy estable económica, social, y políticamente.

En mi opinión, y en conciencia de quienes no están completamente convencidos de volver al "antigüo régimen", sería excelente comenzar por un sistema intermedio, como lo sería perfectamente la Monarquía Parlamentaria, o la Monarquía Constitucional, par así poder, finalmente concluir la transformación con la deseable Monarquía Absoluta. Un sistema en el cual ser podría descansar tranquilo, confiando en la perfecta administración de la Sagrada Institución, una institución amante y dedicada a la nación, en cuyos hombros reposaría la prosperidad colectiva.

Matías Chandía Escámez.

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Política no quiere decir democracia.
(Por Matías Chandía)

Por lo general, cuando visualizamos la política como algo ajeno, pensamos en algún sistema de gobierno, que casi siempre, es democrata o republicano (o ambos), pero, sin embargo, la política no es unicamente un concepto relacionado al poder del gobierno, sino también es el arte del control (en todos los ámbitos).

Política se debe tener en cuenta como un relativo a la diplomacia, puesto que la política no es: partidos, campañas, elecciones, ni nada por el estilo (esa es una ilusión que crea la telaraña de la democracia). Muy por el contrario, es única en cada persona, o sea que no existen verdaderas agrupaciones políticas, puesto que es la actitud que tienen los invividuos al desenvolverse en un ambiente formal.


Para que la política, como se la ve en el mundo democrático, se relacione estrechamente con el poder del gobierno, es menester que posea ciertas características, tales como:


- Carisma

- Estadismo


- Influencia


Sin esas cualidades, entre otras, la política deja de ser el concepto que es tan común en estos tiempos...